El tercer y cuarto principio implican en el aprendizaje a “DETECTAR” las relaciones de los sonidos de las letras, el llamado principio “fonético”, el niño no está aprendiendo a asociar dos conocidos, sonidos, letras, sino más bien aprendiendo un modelo. Si esto es así, parece inapropiado subrayar el aprendizaje del modelo antes de que uno haya comprendió claramente de que es un modelo el modelo, es decir, lo dicho. Aunque el debate en curso sobre el aprendizaje de la lectura concierne a las aptitudes respecto de los niños dado que se trata de la pedagogía óptima, vale la pena afirmar ambos principios, que a veces parecen contradictorios. En primer lugar, los sistemas de escritura no son expresiones del conocimiento fonológico o gramatical; más bien proporcionan modelos para esos constituyentes y, por ende, son secundarios; las expresiones significativas, son esenciales en un primer estadio. Por otra parte, aprender a leer con “habilidad” y sobre todo aprender la ortografía, requiere la comprensión del modelo gráfico como modelo del habla; así el modelo es esencial en un segundo estadio. El cuarto principio implica en particular que los maestros y los diseñadores de políticas educativas pueden equivocarse al considerar que aprender a leer es una habilidad que pueden entrenarse, y no un logro intelectual: llegar a comprender cómo han lo dicho puede representarse mediante un conjunto de símbolos gráficos (Ferreiro, 1991)
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